Sobre las expectativas: 4 claves

Mis amigos me han escuchado decir, quizá más veces de las que desearían, que todos tenemos unas determinadas fijaciones (tocs, los podemos llamar); unas más generalizadas y otras, bueno, pues un poquito más singulares.

 

Una de las mías es comenzar a seguir a personas que voy descubriendo por el camino y que, me parece, tienen una visión que me aporta algo. Así me encontré ya hace bastantes años con el artículo Poco tiempo para un largo camino firmado por José Ignacio Torreblanca (profesor titular de la UNED y ex investigador del Real Instituto Elcano), con quien colaboré en el estudio National and European identities of Spanish citizens que me llevó a anotar varias reflexiones sobre las expectativas que todavía me parecen vigentes:

 

1.- Las expectativas son fundamentales para configurar una relación sólida: sin expectativas, los vínculos son inestables, débiles, intercambiables. Sin expectativas, la fidelización se vuelve un reto mucho más complejo.

 

2.- El riesgo de las expectativas no es crearlas, sino no poder hacerlas frente: quienes se niegan a generar expectativas ponen en evidencia su incapacidad para estar a la altura de lo que otros esperan de ellos.

 

3.- Las expectativas deben nacer de las demandas de nuestro público: y solo en segundo lugar, de los objetivos de las organizaciones. Confundir la fuente de origen suele conducir a graves errores.

 

4.- Cuando las expectativas se defraudan, la ruptura es inevitable: y no suele haber segundas oportunidades. O cuando menos, no suele haber una vuelta a la casilla de salida, pues el daño en la confianza es irreparable.